Rejuvenecimiento facial

Con el paso del tiempo los efectos de la gravedad sobre la piel se hacen más obvios. El primer cambio significativo en la apariencia facial es la pérdida del ángulo mento-cervical formado por el cuello y la mandíbula inferior, cuya piel se hace más flácida y cuelga. También son cada vez más visibles bandas en la parte frontal del cuello mientras que en la porción superior de la cara y a lo largo de la mandíbula, se crean depósitos de grasa. De la misma manera, los pliegues que corren de la nariz hacia abajo se acentúan con la edad.
Esta condición generalmente tiene tres componentes: flacidez de la dermis y del músculo subyacente (particularmente el músculo platisma) y acumulación de grasa.
La cirugía que mejora la apariencia de la cara se llama rejuvenecimiento facial. Este procedimiento elimina la grasa acumulada, repara la flacidez de los músculos y retira el exceso de piel.
Por lo general, la incisión se realiza desde la línea del pelo en el temporal, frente a la oreja, alrededor del lóbulo detrás de la oreja, hasta la línea del pelo en la parte posterior del cuello. Puede haber también un pequeño corte bajo el mentón, por lo que las cicatrices quedan en las áreas menos visibles.
Existen técnicas recientes en este procedimiento que proporcionan resultados más exitosos y duraderos para soportar la estructura facial subyacente. No existe una edad específica para someterse a un rejuvenecimiento facial. Éste puede realizarse en cuanto los cambios por la edad comiencen a preocupar a una persona.
Después de la cirugía se coloca al paciente un vendaje en forma de turbante, el cual se extiende hasta abajo del cuello y el mentón. De 3 a 5 días posteriores a la cirugía se remueven las suturas alrededor de las orejas, y el resto, alrededor de 7 días después. La mayoría de los pacientes reanuda su actividad normal en 3 ó 4 semanas.