Abdominoplastia

Después del embarazo o tras una pérdida significativa de peso, la piel del abdomen puede quedar flácida o en cantidad excesiva. Cuando esto sucede, el procedimiento quirúrgico llamado abdominoplastia permite mejorar significativamente la imagen y auto-estima de una persona.
Esta cirugía puede llevarse a cabo tanto por elección propia, en busca de una mejor presencia corporal, como por recomendación médica, en casos donde la piel cuelga sobre la línea de la cintura o el área púbica y causa severas irritaciones.
Durante este procedimiento el cirujano realiza una incisión horizontal en la parte baja del abdomen, ligeramente sobre el pubis, separando el exceso de piel del músculo subyacente de la pared abdominal, lo que permite al médico examinar los músculos y su cubierta, y reparar cualquier debilidad o hernia. La obtención de un abdomen plano usualmente requiere la reconstrucción de esta capa.
Después, el cirujano estira hacia abajo la piel del abdomen y retira la porción extra. El médico inserta pequeños tubos de drenaje para remover la sangre o fluidos que se acumulan después de la intervención. Mientras la persona continúa dormida, se le pone una prenda especial que proporciona una presión suave. Esto ayuda a prevenir la acumulación de líquidos en el área tratada y protege la reparación del músculo interno. Tres o cinco días después de la cirugía es necesario que el paciente regrese al consultorio para que le sean retirados los tubos de drenaje.
Al salir del hospital se deberá evitar el ejercicio fuerte, pero se recomienda caminar para disminuir el riesgo de complicaciones. El regreso a las actividades normales tomará alrededor de 3 semanas.
Las cicatrices de la abdominoplastia son disimuladas fácilmente, aun en ropa interior o trajes de baño.
En algunos casos, cuando la flacidez no es excesiva, un procedimiento más limitado llamado mini-abdominoplastia, es el indicado